EFE | España
había ejecutado hasta el final de 2020 el 43 % de los fondos europeos
estructurales y de inversión que tiene adjudicados para el periodo
2014-2020, lo que supone la menor tasa de absorción de la Unión Europea
(UE), pese a la mejora respecto al 33 % que había ejecutado hasta
finales de 2019.
Sin embargo, el porcentaje de fondos que ya se han atribuido a proyectos
concretos -aunque aún no se hayan ejecutado- aumentó del 73 % al 93 %
en 2020 y España aún tiene hasta 2023 para gastar la totalidad de su
asignación.
Esta asciende a 56.552 millones de euros para el periodo
2014-2020, de los que 39.927 millones salen del presupuesto comunitario y
el resto es aportado por España como cofinanciación nacional.
En concreto, España ha gastado ya 24.040 millones de euros (43 %
del total) en fondos estructurales y de inversión y asignado 52.461
millones (93 %) a proyectos seleccionados, según datos del portal sobre
fondos de cohesión de la Unión Europea.
En la UE, la media de ejecución subió del 41 % en 2019 al 56 %
en 2020, con lo que los países han gastado en total 356.396 millones de
euros de los 639.776 millones previstos para todo el periodo, que ya se
han programado en su totalidad.
Los países más avanzados en la ejecución son Finlandia (82 %),
Irlanda (76 %), Austria (75 %), Luxemburgo (74 %) y Suecia (70 %);
mientras que los más rezagados, además de España (43 %), son Eslovaquia
(45 %), Rumanía (49 %), Croacia (49 %), Bélgica (50 %) y Dinamarca e
Italia (51 % ambas).
Las bajas tasas de absorción de fondos europeos en algunos
países son una de las preocupaciones de Bruselas respecto a la
implementación del fondo de recuperación poscovid, que obligará a los
Estados a ejecutar montantes mucho más abultados (unos 70.000 millones
solo en subvenciones en el caso de España) en periodos más cortos de lo
habitual, desde mediados de 2021 hasta 2026.
Si se consideran solo los fondos desembolsados por la UE, sin
tener en cuenta la cofinanciación que aportan los países, España ha
ejecutado -pagado a los beneficiarios- hasta el 1 de marzo de 2021 el 50
% de los mismos, es decir, 19.773 millones de los 39.927 millones que
tiene asignados.
En este caso es la cuarta tasa más baja de la UE, solo por
delante de Eslovaquia (48 %), Malta (48 %) y Croacia (46 %); mientras
que Finlandia (84 %), Irlanda (82 %), Austria (78 %) y Luxemburgo (75 %)
registran las más altas.
En el conjunto de la UE, hasta el 1 de marzo se habían pagado el
58 % de estos fondos estructurales y de inversión (267.227 millones),
lo que supone un fuerte aumento respecto al 40 % que se habían ejecutado
a finales de 2019.
Para la comisaria europea de Cohesión y Reformas, Elisa
Ferreira, "estos indicadores muestran que estamos en el buen camino en
la implementación de la política de cohesión y que para 2023, al final
del periodo de programación, habremos aprovechado al máximo los recursos
disponibles".
En un comunicado publicado hoy, Ferreira destacó que esta
aceleración del gasto en 2020 fue también posible por la flexibilidad
que dio la Comisión a los Estados para reasignar fondos para las medidas
de emergencia frente a la pandemia.
Como resultado, la UE ayudó a los países a comprar 2.400
millones de equipos de protección personal y 4.500 respiradores, a crear
5.000 camas de hospital adicionales y a proporcionar 3,7 millones de
test de covid-19, según cálculos de la Comisión.
En una reciente entrevista con Efe, Ferreira destacó que España
ha sido "el país que más ha usado esta posibilidad de transferencia en
toda Europa" y que, si bien al principio preocupaba su baja ejecución de
fondos entre 2014-2020, "en los últimos meses ha crecido mucho".