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Cartas al Director

García Gallego atribuye al director de obras de la Vía del Salnés la decisión de sustituir los tubos de hormigón por los de acero

Apunta a los incendios y a la ampliación de la vía como causas del deterioro

19-06-2007

El que fue director xeral de Obras Públicas entre los años 1990 y 1998, Emilio García Gallego, aseguró rotuntamente en la Cámara gallega que fue el director de obras en la construcción de la Vía del Salnés, José Luis Rodríguez Alonso, quien adoptó finalmente la decisión de sustituir los tubos de drenaje de hormigón por los de acero corrugado aunque manifestó no tener "nin idea" de las razones que fundamentaron este cambio con respecto a lo establecido en el proyecto inicial. Ante la Comisión parlamentaria de investigación sobre las causas del deterioro de la Vía del Salnés, García Gallego defendió la trayectoria profesional de Rodríguez Alonso, a quien definió como uno de los ingenieros con mayor cualificación a nivel estatal y, sin duda, el que contaba con "maior experiencia en estradas" en la dirección xeral autonómica. En la línea y a pesar de que admitió desconocer los motivos que llevaron al técnico a decidir sustituir los tubos, puntualizó que esta decisión no constituía un hecho "estrano", sobre todo, si se tiene en cuenta que en Galicia "hai moitas obras anteriores e posteriores" en las que se utilizó este manterial. García Gallego se refirió, en concreto, a la autopista del Atlántico y a la que une Santiago y Ourense. También negó la existencia de ninguna orden para "acelerar" la obra si bien reconoció ser el "primer interesado" en cumplir los plazos de una infraestructura muy importante para la comunidad gallega así como los problemas de tráfico que se producían en la comarca del Salnés, sobre todo en temporada de verano. El técnico del departamento autonómico que en el momento de la construcción de la vía dirigía Xosé Cuíña afirmó durante su comparecencia que la "amplitud" de competencias imposibilitaba que, desde su cargo, tuviese constancia de todas las "incidencias" que se producían en las obras públicas de la comunidad. Sin embargo -y ante la sorpresa de diputados socialistas y nacionalistas que se refirieron a la "memoria selectiva" del técnico-, García Gallego puso en duda que hubieran sido la "improcedencia de la colocación" o la "calidad" de los tubos de acero corrugado las causas del deterioro de la vía rápida, apuntando directamente a la influencia de los incendios y de la ampliación de la vía. Para el ex director xeral es "máis razoable" pensar que -"despois de 13 anos sen problemas"- los incendios y riadas que afectaron a la comarca del Salnés en los meses de agosto y octubre así como las obras de desdoblamiento de la vía de alta capacidad provocasen la modificación de las "características das augas" o del régimen de escorrentía. "Non digo que sexa a causa", precisó auque reiteró que son elementos susceptibles de provocar "problemas". "Vexo máis posibilidades de que estas últimas sexan as causas importantes dos problemas de deterioro na vía que non o tipo de tubos colocados", afirmó y aventuró que el régimen de escorrentía pudo producir socavones alrededor de los tubos que, a su vez, podrían haber provocado, "polo peso que teñen", la rotura de las obras de drenaje transversal (ODT). Criterios de seguridad Una visión muy distinta fue la aportada por el jefe de obra del desdoblamiento de la infraestructura, Carlos Valeiro, quien negó rotundamente que los tubos de drenaje se hubiesen visto afectados por las obras de ampliación. "Esta argumentación se desmonta porque no existió coincidencia temporal", afirmó y precisó que los socavones en las ODT se detectaron al empezar "los trabajos de desbroce", al retirar la maleza de los taludes. Además, añadió que la constatación del deterioro de los tubos se fue haciendo evidente a lo largo del verano, a medida que era posible acceder a más caños y constatar que los daños eran "generalizados y graves" en algunos casos. Asimismo, indicó que los tubos de acero galvanizado retirados permanecieron colocados hasta la pasada semana frente al área de servicio de Meis, con lo que advirtió que cualquiera pudo percibir de forma "evidente" que un grado de corrososión tan avanzado no puede ser más que la conclusión de un proceso "largo y gradual". En cuanto a la decisión de cerrar la Vía del Salnés, aseguró que se adoptó esta alternativa atendiendo a criterios de seguridad tanto para los usuarios de la misma como para los propios trabajadores de las obras. "Se consultó con las mejores empresas y técnicos en el estudio de alternativas", explicó y destacó que los graves problemas de drenaje de la infraestruturas han quedado zanjados en un "plazo corto" de tiempo y "sin poner en riesgo" a los usuarios. El diputado popular Alejandro Gómez preguntó al García Gallego si él hubiera adoptado la misma decisión de cortar la vía durante 4 meses. "Non o sei", señaló aunque añadió que hubiera evitado este corte en la medida de lo posible teniendo en cuenta que "o deterioro non se produce inicialmente en todos os tubos". Asimismo, dejó caer que "se eu fora o contratista da execución do desdobramento, tentaría realizar os traballos sen circulación na outra vía". Polémicos tubos Ante la comisión de investigación, también compareció el representante de la empresa GOC -encargada de la asistencia técnica a la dirección de obra en la construcción de la Vía del Salnés-, Agustín Rioboo. Rioboo se limitó a responder por los controles de calidad realizados por su compañía si bien precisó que gran parte del personal que ejecutó en su momento esta función abandonó GOC "hace 10 o 12 años" y "no les he seguido la pista". No obstante, recordó que en la asistencia técnica a la construcción de la vía rápida participaron un total de 15 personas y se estableció un laboratorio de control a pie de obra por lo que, añadió, "supongo que se hicieron los análisis correspondientes". Preguntado por la diputada nacionalista Carme da Silva acerca de si se entregó documentación del control a la Administración autonómica, el técnico aseguró que "normalmente" en los contratos de asistencia técnica como mínimo se entregaban 2 informes mensualmente al director de obra, reflejando uno de ellos el estado de ejecución de la obra, el resultado de los ensayos de control y la valoración de dichos ensayos y un segundo informe con el control de las mediciones. "No tengo constancia documental pero seguramente se hizo de este modo", concluyó. Rioboo precisó que desconoce si se hicieron cálculos hidráulicos de justificación para la sustitución de los tubos de drenaje porque "no estaba asignado a la obra" si bien afirmó que "no he vuelto a ver en ninguna obra una instalación de tubo de acero corrugado para drenaje". "Todo lo que se ha instalado en las obras que hemos hecho son tubos de hormigón prefabricado", precisó, en contra de las afirmaciones vertidas por García Gallego. Asimismo, afirmó que tampoco ha contemplado "un deterioro en las tuberías de drenaje como este" ni siquiera en obras "de aquella época". También advirtió que los tubos de acero corrugado "no pueden instalarse sobre puntos duros porque está en la esencia de su propio funcionamiento que admitan una cierta deformación" e instalarlos sobre este tipo de puntos puede provocar "unos esfuerzos para los que no están diseñados y, en consecuencia, roturas". No obstante, manifestó desconocer si una vez finalizada la obra recibió el mantenimiento "adecuado", función que "corresponde al servicio de carreteras".





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