REDACCIÓN | El Camino de Santiago está de moda. Tras un Año Xacobeo en 2021 que se prolongó de forma excepcional hasta finales de 2022, se esperaba una bajada de peregrinos para este 2023. Sin embargo, las cifras hablan justo de lo contrario. Desde el comienzo de año hasta el mes de mayo, la Oficina de Acogida al Peregrino en Santiago de Compostela ha registrado 100.153 peregrinos en lo que va de año. Esto supone un incremento del 29% con respecto al mismo período del año anterior.
Lo notan también las agencias. “En nuestro caso la subida ha sido espectacular, todos los años crecemos entre un 20 y un 25% y esta temporada hemos aumentado las reservas en un 45%, y ya en estas fechas tenemos 17 grupos completos”, comenta Alberto Lence, fundador de Viajeros Canallas, empresa líder en organización de grupos del Camino de Santiago.
Aunque para muchos peregrinos es su primer Camino, muchos de ellos vienen recomendados por alguien que ya lo vivió y el porcentaje de personas que repiten se multiplica año tras año. “El secreto es la pasión con la que hablan de su experiencia, inevitablemente contagian la ilusión a otros muchos” comenta Maripaz, coordinadora de grupos.
Sin duda, la publicidad que han dado también personalidades como los Reyes de España o los influencers está siendo clave para acercar una tradición histórica con las nuevas generaciones no sólo españolas sino internacionales, viajeros que llegan con ganas de empaparse de la cultura española y que disfrutan con la cultura gallega.
Paisajes únicos, experiencias culturales inigualables, un camino en el que encontrarse de nuevo con uno mismo y retarse para superar los obstáculos. Cada peregrino tiene su propia razón para estar en el Camino, pero todos ellos encuentran lo mismo: una experiencia inolvidable.
Llegar hasta la Catedral de Santiago se convierte en toda una aventura que, quienes lo han vivido, recomiendan al menos una vez en la vida.Tres caminos principales: el francés, el portugués y el primitivo. Una excusa para caminar entre pueblos, bosques y naturaleza sintiéndose el relevo de millones de personas que antes recorrieron las mismas rutas.