REDACCIÓN | Las monedas han sido el gran avance de la globalización de los pueblos primitivos. Gracias a su existencia se desarrolló un comercio estable entre pueblos y continentes, definiendo el valor de la moneda con el peso de oro, plata u otros metales.
Con el paso del tiempo, han trascendido su función puramente comercial y han ganado valor como objetos de colección apreciados por su belleza, historia y escasez. “Cada vez hay más coleccionistas buscando piezas que completen sus colecciones, lo que hace que la compraventa de estos objetos esté en auge ahora mismo” explican desde Oro Bilbao, expertos en compraventa de monedas de oro.
De la historia a nuestros días
Las monedas de oro han sido utilizadas como medio de intercambio en diversas culturas y civilizaciones a lo largo de la historia. Su valor inherente y su durabilidad las convirtieron en una forma confiable de dinero que trascendió las fronteras geográficas y culturales. Desde las antiguas monedas de oro utilizadas por los egipcios y los griegos hasta las icónicas monedas de oro como el Dólar de Oro estadounidense o el Krugerrand sudafricano, han sido símbolos de riqueza y poder en la sociedad.
En épocas pasadas, las monedas de oro también se utilizaron como respaldo de monedas de papel, los actuales billetes, lo que les otorgaba aún más importancia en el sistema financiero. Sin embargo, con el tiempo, el llamado papel moneda y los sistemas bancarios a través de nuevas opciones como las tarjetas de crédito o débito se convirtieron en el medio principal de transacciones, disminuyendo la circulación y el uso diario de las monedas en la actualidad.
A medida que el uso comercial y cotidiano de las monedas de oro disminuyó, muchas de éstas comenzaron a ser apreciadas por su valor histórico y numismático. El coleccionismo de monedas se volvió popular, y los numismáticos comenzaron a buscar monedas raras y antiguas con características únicas, como errores de acuñación, tiradas limitadas o diseños especiales.
De hecho, el coleccionismo de monedas de oro atrae a personas de diferentes perfiles. Desde quienes buscan ser partícipes y propietarios de objetos de épocas históricas concretas a inversores que entienden que, esperando cierto tiempo, su precio puede aumentar.
Para otros se trata de un pasatiempo familiar que pasa de generación en generación incrementando el valor de la colección cuando se van sumando los hijos, nietos…“Algunas monedas de oro tienen emisiones limitadas, lo que las convierte en objetos exclusivos y deseables para los coleccionistas” explican.