REDACCIÓN | Noviembre es el momento perfecto para recuperar la piel y mejorar visiblemente su estado. “Tras el verano, y la exposición solar que eso conlleva, nuestra piel necesita regenerarse, por eso conviene revitalizarla”, explica Loly Vidal, directora de Náyade Belleza. “Además -apunta- de los tratamientos para regeneración de la piel, también es el momento óptimo para tratar acné, eliminar las manchas y los poros dilatados, afinar el poro, por ejemplo”. Los tratamientos estéticos de última generación dan respuesta a todo tipo de necesidades, desde aquellos específicos para atenuar los inestetismos a tratamientos que sirven para devolverle a la piel la elasticidad y luminosidad, mejorar la apariencia de los párpados, del labio superior (sin relleno), o ácidos para afinar la piel en profundidad...
“Es la temporada idónea para hacerse aquellos tratamientos que necesitan más de una sesión o que a continuación necesitan unos días para recuperarse. A estas alturas del año ya no solemos estar morenos y, excepto que vayamos de viaje a buscar el sol, es el momento para hacer desaparecer esas manchas fruto del daño solar, se puede hacer ese laser de rejuvenecimiento que es incompatible con la exposición solar porque sensibilizan mucho la piel”, advierte la directora del centro médico-estético compostelano.
“En Galicia, como tenemos menos luz solar que otras zonas de España, podemos hacer estos tratamientos hasta primavera. Hoy en día hay más tipos de ácidos que permiten afinar la piel en profundidad, no sensibilizan tanto la piel y permiten hacer una vida normal. Aunque disponemos de ciertos tipos de lásers que también se pueden hacer en primavera, el momento idóneo es éste. Es mejor hacerlo en esta época del año en la que la exposición solar disminuye”.
Los riesgos de las redes, y la importancia de un diagnóstico personalizado
“Un buen diagnóstico es fundamental para conseguir la mejoría deseada y evitar problemas. Conviene ser consciente de que seguir las modas en cosmética sin tener en cuenta tus circunstancias puede ser perjudicial. Solo tenemos una piel y es más frágil de lo que pensamos”, matizó Loly Vidal en referencia al auge de la cosmética en redes sociales obviando la importancia de un diagnóstico individualizado.
"Mucha gente viene pidiendo tal o cual tratamiento porque lo vieron en redes. Por una parte, es bueno que sepan qué posibilidades hay, pero a la vez, es necesario que se pongan en buenas manos para recibir un asesoramiento individualizado. Estamos viendo casos de gente que se ha provocado una hipersensibilidad por haber abusado de tratamientos que no estaban recomendados para su piel. Hay un auténtico furor por el retinol, y el retinal provocado por las redes... y es fundamental saber cómo está la piel y también qué se busca. Por no hablar de abusos que también se cometen en medicina estética porque se hicieron un tratamiento porque estaba de promoción”, reflexiona la experta en estética.
“Hay empresas -subraya Loly- que trabajan, por ejemplo, el ácido hialurónico por viales. En Náyade priorizamos el diagnóstico individualizado. El médico tiene que estar pendiente de esculpir el rostro, de equilibrarlo, no de inyectar un número de viales determinado. Tiene que inyectar lo que cada rostro necesita, no poner un número concreto de viales, porque además no somos perfectamente simétricos y vamos a necesitar más en un lado que en otro. Lo mismo sucede con la toxina botulínica, que a lo mejor no se necesita completa. Es mucho más complejo que lo que se puede comunicar por redes, que al final obliga a simplificar la información y darla de manera genérica”.
La creciente popularidad de cosméticos y tratamientos en redes sociales ha llevado a muchos a adoptar rutinas inadecuadas para su tipo de piel, lo cual puede acarrear reacciones adversas. Según Loly Vidal “las redes han amplificado un problema que ya había con la información de algunas revistas que hablan sobre cosméticos y tratamientos usando palabras como milagroso o lifting sin cirugía que, sin embargo, no tienen en cuenta el estado de la piel de cada paciente en particular. También prolifera la información o productos encaminados a que se los haga el paciente en casa a sí mismo que, en principio, no son malos por sí mismos; el problema es que la mayoría de los pacientes no conocen en profundidad qué producto tiene en las manos, ni qué tipo de piel tiene y cómo reaccionará a ese producto”, aclara.
“Que le funcione a una amiga, o una instagramer a la que admires no garantiza que a ti te vaya a funcionar. Por eso es imprescindible un diagnóstico. De hecho, incluso a veces puede suceder que llevas con una crema años y te va bien, pero de pronto notas que deja de funcionarte, e incluso puede darte una reacción alérgica en algunos casos. Y es que hay diversas circunstancias y etapas vitales que pueden alterar tu piel y, por supuesto, la ingesta de medicamentos u otros problemas”, explica la directora de Náyade.
“Un ejemplo muy habitual se produce a determinadas edades, sobre todo en el caso de las mujeres, en las que las hormonas no permiten que la piel esté equilibrada durante un tiempo (sin tener nada que ver con el acné) y hasta que pasan unos años la piel no manifiesta claramente si es mixta o seca, por ejemplo. Algunas personas jóvenes que siguen las recomendaciones que ven en redes y mezclan productos, como aguas micelares con ácidos y acaban sensibilizando la piel”, revela, para añadir: “cada vez vemos más pieles atópicas, con intolerancias, rosáceas... y se habla mucho del estrés, y es una de las causas, pero en otros casos también tiene que ver con el abuso de productos agresivos, excesos de maquillaje, mezclas de productos que no reaccionan bien entre si... que lo que consiguen es ir sensibilizando la piel”.
Loly comenta que a parte de eso “hay tratamientos que son incompatibles entre ellos, y, por supuesto, también puede suceder que un paciente venga a hacerse en cabina un tratamiento de ácidos y que en casa también use productos que contengan ácidos. En muchos casos el paciente ni siquiera es consciente de que los productos que usa los contienen. Es importante leer la composición y conocer las características de los productos que usamos porque, a lo mejor, un agua micelar determinada ya lleva ácidos y no se deben de mezclar con otros”.
La directora matiza que no es una cuestión de calidad de los productos “a veces, recibimos pacientes que usan juntos productos que no deben combinarse. A lo mejor los cosméticos son buenos, pero no saben en qué momento usarlos (qué conviene aplicar antes o después, por ejemplo)”, y a mayores “también influyen nuestras circunstancias meteorológicas. Nuestro nivel de exposición al sol, la humedad, el frío, etc...; en Galicia, no es el mismo obviamente que el de alguien que vive en el sur, por lo que probablemente no deban usar los mismos cosméticos”.
Hay más motivos por los que el diagnóstico individualizado es fundamental, ya que la cosmética y los tratamientos deben adaptarse a los cambios a lo largo del tiempo. “Además de la adolescencia hay otra etapa, que es la menopausia, en la que la epidermis sufre alteraciones, se afina, pierde densidad y a veces cosméticos que nos iban bien de toda la vida dejan de hacer efecto o incluso te puedes volver intolerante. Si no se debe de usar cualquier producto habitualmente, mucho menos en ciertos momentos vitales”, aconseja Loly Vidal.
Para evitar problemas -si no se puede acudir a una esteticista profesional- "por lo menos que acudan a una farmacia y se haga asesorar por una persona que conozca, no solo los productos, sino la piel que tiene delante", recordó.