Dice que la central "Salto de Hermida" afectará a una piscifactoría en Moraña
21-08-2007
Un informe de la Universidad de Valladolid califica de "insuficientes" las medidas correctoras llevadas a cabo en la construcción de una minicentral hidroeléctrica en el río Umia (Pontevedra), al tiempo que alerta de los efectos que esta instalación podría tener sobre la fauna acuática del río.
El estudio fue encargado por la empresa Grupo Tres Mares, que realiza sus actividades dentro el sector de la acuicultura. En concreto, esta compañía posee una piscifactoría en el propio río -situada en el concello de Moraña- y considera "incompatible" la explotación acuícola con la hidroeléctrica.
En este informe, elaborado por miembros de la Escuela de Ingenieros de Montes de la institución académica, se pone de manifiesto el "elevado riesgo" de llegada de sedimentos a las aguas del río Umia, "dado el estado de los taludes y su proximidad y/o contacto con el río". El estudio se refiere directamente a la central que promueve la empresa Técnicos Asociados Gallegos con el nombre 'Salto de Hermida'. Así, los expertos señalan que la empresa constructora de la minicentral puso en marcha diversas medidas para corregir el impacto de la central hidroeléctrica, como pantallas antiturbidez o balsas de decantación, pero que "resultan a todas luces insuficientes pues no cubren la mayor parte de área perturbada" por la instalación.
De hecho, el informe hace hincapié en que la existencia de estas medidas de corrección "no implica que el riesgo desaparezca", de modo que resulta "estrictamente necesario" que el control de los sedimentos vaya acompañado "de las correspondientes labores de mantenimiento, vigilancia y control", en especial durante los episodios de lluvia tormentosos.
En el caso de la piscifactoría, el estudio considera que la concentración natural de materiales en suspensión presentes en el agua "tiene efectos perniciosos sobre el medio fluvial". En concreto, se cita las dificultades respiratorias de peces e invertebrados o el aumento de riesgo de enfermedades, entre otros.
De esta forma, se alerta de que "los sólidos en suspensión, en función de su concentración, pueden matar directamente a las truchas", así como la posibilidad de padecer enfermedades. A esto se le une otros efectos como "reducir el ritmo de crecimiento de los peces, alterar su capacidad natural para captar comida en los estanques y tener sobre las incubaciones efectos desastrosos", añade el estudio de la Universidad de Valladolid.
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