Todo el trazado de la Autovía del Cantábrico (A-8) que transcurre por Galicia ya se encuentra en servicio o con las obras adjudicadas, después de que el Ministerio de Fomento adjudicase las obras de los dos únicos tramos que todavía quedaban pendientes: Abadín-Carreira, de 4,8 kilómetros; y Carreira-Lindín, de 10,4 kilómetros. Con este anuncio, el departamento que dirige Magdalena Álvarez da luz verde a la única parte del trazado gallego de la A-8 cuyos trabajos no se habían iniciado. De hecho, las obras en estos dos tramos arrancarán al tiempo que otros tres tramos de la "Transcantábrica" ya están en funcionamiento. Así, la conexión Ribadeo-Reinante, situada en el límite entre Galicia y Asturias, se puso en servicio en mayo de este mismo año, mientras que los tramos Vilalba-Regovide y Regovide-Abeledo, fueron inaugurados un mes más tarde por la propia ministra. En conjunto ya se encuentran operativos cerca de 21,6 kilómetros de autovía, lo que representa la cuarta parte del trazado total de la A-8 en Galicia, que suma más de 84 kilómetros. Los tramos ya inaugurados, que significan cerca del 25% de la vía, supusieron una inversión de cerca de 117 millones de euros por parte del Gobierno central. Antes del anuncio, Fomento adjudicó en 2007 las obras del resto de tramos que permanecían pendientes. En enero, el Ministerio dio luz verde a los tramos Lourenzá-Vilamar -de 30,8 millones-, y Touzas-Castromaior -por 23,8 millones-, mientras que en febrero adjudicó los trabajos de otros dos tramos: Abadín-Castromaior, por 14,4 millones; y Mondoñedo-Lourenzá, por 29,1 millones. Finalmente, el departamento que dirige Magdalena Álvarez adjudicó en mayo las obras del tramo Lindín-Mondoñedo por 51,3 millones.