Los vecinos del inmueble vigués en el que este jueves aparecieron muertos dos jóvenes afirmaron que en el piso de las víctimas se realizaban fiestas "todos los días". Los dos cadáveres fueron encontrados por los bomberos alrededor de las 10:00 horas de la mañana en un ático del número 12 de la calle Oporto, en el que se había producido un incendio. Presentaban numerosos cortes, estaban maniatados y totalmente calcinados. Además, uno de ellos había sido degollado. Según fuentes policiales, cada uno de ellos pareció en una estancia distinta de la casa tumbados y cubiertos con sendas mantas. Todas las puertas de las habitaciones estaban cerradas, y la de la entrada tenía la llave sin pasar. El vecino del piso de abajo del que aparecieron los cuerpos, Santiago Núñez, afirmó que "todos los días" hacían fiesta y ponían la música muy alta, "pero nunca pensamos en llamar a la Policía" por ello. Asimismo, explicó que ambos jóvenes eran "muy educados" y correctos en el trato con sus convecinos, aunque esta madrugada, en la que también hubo fiesta, "escuchamos portazos y bronca". Aunque fuentes de la investigación no confirmaron las identidades de los fallecidos ni las hipótesis sobre las que trabajan, los vecinos apuntan a que se trata de dos jóvenes de entre 20 y 30 años. Uno de ellos se llamaba Julio, era brasileño y de raza negra. Trabajaba de camarero en el "Strong", un local de copas de la calle Urzáiz y llevaban alrededor de cuatro meses viviendo en el piso, un ático de 70 metros cuadrados con dos habitaciones. El otro chico era Daní, tenía nacionalidad española aunque procedía de Marruecos. Llevaba un año en el piso, que había alquilado su madre, una mujer argentina, que residió en un primer momento con su hijo, aunque últimamente vivían los dos chicos solos. La propietaria vive en la localidad ourensana de O Barco de Valdeorras y, según apuntan los residentes de la zona, se acercaba varias veces al año hasta el piso. Las versiones de los habitantes de la zona se contradicen en cuanto a la relación existente entre los dos fallecidos. Mientras todos están de acuerdo en que eran gays, unos apuntaban que se iban a casar y otros decían que cada uno tenía su pareja. El alcalde accidental de Vigo, José Manuel Figueroa, hizo un llamamiento a la "tranquilidad", ya que si fuera un suceso "que pudiera alertar la normalidad" en el municipio, "lo comunicaríamos", concluyó.