El Concello de Coristanco no volverá a permitir la actividad de la pirotecnia Calvo en la ubicación donde este sábado se produjo una explosión, que no tuvo víctimas pero sí registró numerosos daños materiales. Para evaluar el alcance de estos daños se contratará a técnicos y arquitectos y, desde este lunes, se abrirán oficinas para la reclamación por parte de los afectados. Así lo decidió el concello en una reunión extraordinaria celebrada este domingo, en la que también acordaron pedir ayuda la Xunta para las posibles indemnizaciones por el accidente, que se produjo ayer poco después de las 20,30 de la noche. Hace 18 años la misma pirotecnia sufrió otra explosión que causó las muerte de dos personas Aunque en esta ocasión no hubo que lamentar daños personales, el ayuntamiento ha decidido proponerle a la empresa no volver a desarrollar esa actividad ahí, según el alcalde de la localidad, Antonio Pensado. Recordó que a menos de cien metros de esta ubicación se encuentra un colegio, donde estudian más de 500 niños, y además hay una fábrica con más de 200 trabajadores. Por eso, consideran que "procede propoñer a baixa definitiva desa actividade, nesa ubicación", aunque el concello también ofrece su apoyo a la empresa para "colaborar con ela e poñer todos os medios para buscar unha nova", aseguró Pensado a la Radio Galega. Altas temperaturas La Pirotecnia Calvo S.L. quedó destruida completamente a causa de la explosión, de la que aún se desconocen las causas, aunque los primeros indicios apuntan a que pudo deberse a las altas temperaturas registradas ayer en la zona. En todo caso, habrá que esperar a los resultados de los análisis que expertos de la Guardia Civil están realizando en el lugar de los hechos. Aparte de la propia pirotecnia también resultó afectada una empresa maderera que se encontraba en las cercanías, así como un centenar de casas. A partir de mañana, el concello habilitará en el colegio municipal oficinas de reclamación para los afectados. Pasadas las diez de la noche del sábado, las instalaciones de la empresa se encontraban todavía ardiendo, controladas por los Bomberos y por efectivos de la Guardia Civil de A Coruña y Protección Civil. Para vigilar la zona y las casas afectadas, que perdieron puertas y ventanas, se pusieron en marcha patrullas nocturnas. La primera deflagración, de gran intensidad, como sucedió recientemente en el caso de la pirotécnica que explotó en el municipio coruñés de Teo, pudo oírse en las localidades limítrofes. Posteriormente, se registraron nuevas detonaciones que, aunque menores, dificultaron el trabajo de los Bomberos.