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Conchi Basilio
Cartas al Director

Galicia aparca sin fecha la reforma estatutaria

Quintana y Touriño coinciden en que el clima político estatal dificultó el acuerdo

Feijoo propuso reconocer en el preámbulo el "sentimiento nacional" de Galicia, pero el bipartito se opuso para no perder estatus

16-01-2007

La cumbre de Monte Pío concluyó sin acuerdo. Tras seis horas y media de reunión, los líderes de las tres fuerzas parlamentarias gallegas sólo llegaron a un acuerdo: aparcar la reforma estatutaria hasta otro "momento político". Pese al fracaso, los tres representantes admitieron que hubo "avances" y evitaron entrar de manera clara en señalar "culpables". La definición identitaria de Galicia en el preámbulo, el estatus del gallego y la financiación fueron los tres escollos insalvables de la negociación, aunque en el tema económico hubo aproximaciones importantes. Tras la decisión del líder del BNG, Anxo Quintana, de aceptar la propuesta de consenso del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, la reunión quedó dividida en dos frentes: PSdeG y BNG frente a PP. Ni el "bipartito" cedió a las propuestas populares, ni Núñez Feijoo a la de socialistas y nacionalistas. Touriño llegó a la reunión de Monte Pío con un texto que recogía el "carácter nacional" de Galicia y se apoyaba en la ley de símbolos de la comunidad para incluir la palabra "nación", pero no como definición identitaria. Aunque no satisfacía del todo a Quintana, la asumió siendo fiel a su compromiso en este sentido, pero Núñez Feijoo se mostró contrario. Como alternativa planteó otra propuesta que identifica a Galicia como "una de las regiones históricas del mundo occidental" y que nombra de pasada el "sentimento nacional", dentro de la corriente nacionalista. Aunque, a su juicio, se trata de la propuesta "más ambiciosa" realizada por su partido respecto a otros Estatutos, no pudo ser admitida por PSdeG y BNG, que creen que con esta fórmula se pierde estatus, no sólo frente a Cataluña, sino también respecto a Andalucía, según precisó Touriño. Quintana aceptó todos los puntos de la propuesta presidencial pese a que constituía, en sus palabras, "no sólo una cesión, sino que distaba mucho de nuestras pretensiones". Por eso, lamentó que "esperaba del PPdeG un esforzo más" para poder llegar a un acuerdo. Aseguró Quintana en su comparecencia, que para el BNG, más importante que ser definido como nación era "comportarse" como tal. Una posición que le fue reconocida por el propio Touriño, quien valoró la "generosidad política" del BNG. Cuestión lingüística Por lo que respecta a la lengua, el BNG también renunció a su pretensión de que en el Estatuto se contemple el deber de conocer el gallego y se sumó al planteamiento de Touriño, que establecía la "igualdad jurídica" de ambas lenguas, algo que no fue aceptado por el PPdeG, que abogaba por una "igualdad plena" en el marco de la Constitución. Todos los partidos coincidieron en señalar que los mayores avances se consiguieron en el ámbito de la financiación, pese a que tampoco se llegó a acuerdo. Mientras el PP propone un sistema específico para que Galicia no pierda peso relativo hasta que converja con la renta española, en materia de inversiones fija una cuantía de 2.500 millones de euros durante los cinco primeros años y, para el siguiente lustro, una inversión territorializada del 8 por ciento. Esta última, es la misma propuesta del PSdeG y del BNG, aunque matizan que para compensar los déficits de infraestruturas públicas, este porcentaje debe prolongarse durante un mínimo de 10 años (un mínimo de 2.000 millones de euros al año, añaden los socialistas). Tampoco hubo acuerdo en la propuesta de reforma de la Ley Electoral, al exigir los populares que para modificar la norma se necesite una mayoría reforzada de los dos tercios de la Cámara. Con estas diferencias sobre la mesa, los tres líderes coincidieron en destacar ante la prensa que el acuerdo no ha sido posible. Aunque evitaron fijar una fecha para retomar la negociación -pese a que Feijoo se mostró dispuesto a hacerlo tras las municipales-, los tres valoraron el trabajo realizado en el último año y se reconocieron mutuamente el esfuerzo de acercamiento durante la reunión. Los líderes de PSdeG y el BNG también dejaron claro que el fracaso es de todos los partidos, y no del Gobierno, y, en último caso, "los costes son para Galicia", según Touriño. El presidente añadió que no era un día "positivo para Galicia" y reconoció que, pese a haber voluntad, las "ataduras" derivadas del clima político actual han pesado para poder llegar a un acuerdo. Una influencia que no ha reconocido el presidente del PPdeG, que pese a admitir que se vive un momento político de tensión y acusar al PSOE de intentar "aislar" al PP en materia de ordenación territorial y política antiterrorista, asegura que si sólo fuera por eso él no estaría allí. En cuanto al siguiente paso que habrá que dar ahora, en primer lugar decidir acerca de los trabajos que aún continuaban durante estos día en esa ponencia, y la posibilidad de un pleno parlamentario para explicar el fracaso de la reforma, algo para lo que Touriño "no tiene inconveniente" y que Quintana cree que "la ciudadanía merece".





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