Quizás, viva en otro siglo, hemos rellenados cuatro mil ochocientas columnas, y, en todos he intentado buscar realidad, verdad, bien, bienes, bondad, belleza sin herir a nadie.
Me pregunto, es posible redactar textos literarios en este género, que según los expertos es una mezcla de periodismo y de literatura, un género más literario con sus características propias. Pero, me digo y me pregunto y me cuestiono, es lógico y racional y plausible, que una persona, en este caso este escribiente, yo no juzgo a los demás, que su ideal, es buscar trozos o trocitos de la realidad, y, la realidad es enorme, es desde hechos a ideas, costumbres, hábitos, conceptos, emociones, obras culturales, etc.
Es entrar en un tema, por ejemplo, éste es un análisis mínimo sobre la práctica y la teoría del articulismo de opinión, intentando defender la tesis, que pueden existir articulistas, entre los que estoy, que no quiero hacer heridas, ni hacer sangre, ni levantar corazones, ni rasgar pieles… solo deseo contar algo de la realidad. Sabiendo que ese algo, es siempre parcial. No puede ser absoluto. Que este escribano puede estar equivocado y en el error. Que no sabe más que usted, que no es mejor que usted, que no es un experto. Porque los articulistas, si al año, redactamos dos o tres artículos a la semana, es decir, hacemos ciento cincuenta al año. Tocamos cien temas. Es imposible, que alguien sepa de cien temas, con suficiente grado de especialización...
Pero en muchos como este escritor, intenta fijar ideas y perspectivas y preguntas y cuestiones y razones y argumentos sobre un trozo de realidad, sobre un trozo de pregunta. Quizás, quizás llevamos décadas, que el articulista que es demasiado crítico es muy valorado, si esa enorme crítica, la hace con florituras de oratoria, es aún más alabado. Pero también, también existe un columnismo que es modesto, que intenta buscar realidades y verdades con bondad, que no desea hacer daño. Que no es ingenuo, porque si yo expreso: la casa es azul con un pozo rojo, habrán cien personas o mil, que pensarán que no es la casa azul sino verde con un árbol y no un pozo… Por tanto, admitimos y pensamos de antemano que no todo el mundo puede estar de acuerdo. No debe estar de acuerdo, pero el polígrafo respeta al interlocutor, y, el interlocutor respeta al escribano…
Se puede analizar cualquier tema y cualquier cosa, se puede indicar, según la libertad de expresión y libertad de pensamiento y libertad de conciencia, cualquier juicio bajo la mirada de la legislación vigente y la moral adecuada, sin intentar herir. Se puede indicar que tal Autoridad Máxima se ha equivocado y ofrecer razones. Y, la persona afectada por el juicio no tiene que sentirse herida. Es más, debe ser y estar agradecido porque alguien le está ofreciendo otra mirada distinta. Alguien que no quiere hacerle daño, pero no está de acuerdo que se haga un desfile de moluscos por las calles de la Madrid, pongamos un ejemplo imaginario y absurdo, para que ninguna piel se levante.
El artículo de opinión y literario, lean ustedes una docena de tesis doctorales sobre el tema y autores, y, de TFG, tiene varias funciones, a mi entender, una, una es mostrar al lector o lectora que se acerque esa mañana, mostrarle que existen quizás temas que no haya pensado. En segundo lugar, es intentar mostrar algún aspecto nuevo o novedoso, o antiguo, pero quizás, ofreciendo alguna razón nueva o algún dato nuevo o una tesis nueva. Y, sobretodo es un análisis, y, todo análisis supone, que no todo el mundo estará de acuerdo en todo. Pero ese es el oficio. Cuándo alguien va a un templo religioso, la persona que está al frente, dará un sermón, y, explicará realidades, que puede que no todos los fieles estén de acuerdo…
Creo que se puede hacer un articulismo de opinión, sin intentar hacer heridas, sabiendo que no todo el mundo estará de acuerdo, sabiendo que la tesis que uno defiende puede estar equivocada, los lectores pueden hacer sus comentarios con respeto, y, quizás ellos sepan más de ese tema. Pero al mismo tiempo, creo que así, se caza más y mejores avispas y avispones, se cazan más con miel que con vinagre…
Hoy, debemos lamentar, hemos caído en nuestra sociedad, en una especie de nerviosismo, que está muy cerca de la radicalización de opiniones. Creo que se necesita más mesura sinfónica. No va en contra de la libertad de conciencia y de pensamiento y de expresión, tener al que piensa distinto, tenerle respeto…
Eso, es lo que he intentado hacer, en los cuatro mil ochocientas artículos y columnas que he escrito. Eso es lo que he intentado, y, con ese dossier, me presento a los periódicos nacionales, a ver, a ver si querrían que mi firma estuviese en sus papeles. Escribo y envío mi dossier a todos, a todos de todas las tendencias. Pero nadie contesta, esos periódicos nacionales, nadie contesta dando la venía y el asentimiento, y, ser uno más, entre las veintena de firmas que tengan.
Quizás, quizás me dicen o pensarán, me dicen algunos es que tendrías que poner más veneno, más ácido, más hierro, más vinagre… pero yo les digo, solo soy un modesto buscador de realidades y de realidad-verdad con bienes instrumentales y bienes morales y bienes espirituales, con algo de belleza… Si tengo que pagar el precio de casi el silencio, como escritor-articulista lo pagaré, pero no haré heridas a nadie, ni de un color, ni de otro. Bastante es ya soportar sobre uno mismo el peso de cientos de ideas que habré expresado que serán erróneas, por exceso o por defecto. Paz y bien, creo que El Quijote-Quijano-Quijada me entendería y estaría de acuerdo con mi pluma, con la intención de la tinta de mi pluma…
Jmm Caminero