BARCELONA | ERC y JxCat siguen avanzando hacia un acuerdo para la formación del
nuevo Govern, que con toda probabilidad no llegará antes del 1 de mayo,
como reclamaban los republicanos, pero sí podría cristalizar en días
posteriores. La cumbre celebrada ayer en la cárcel de Lledoners (Barcelona),
con la participación del candidato de ERC a la presidencia de la
Generalitat, Pere Aragonès, y el secretario general de JxCat, Jordi
Sànchez, sirvió para empezar a abordar la estructura del nuevo Govern y
otras cuestiones encalladas.
Fuentes conocedoras del encuentro han indicado que la reunión fue
"positiva, tanto en la forma como en el fondo", para avanzar en la
negociación, especialmente en estructura de gobierno -ERC no prevé
inflación de departamentos, sino mantener la cifra en 13 o máximo 14-,
aunque apenas hubo progresos en cuanto a la estrategia independentista y
al papel del Consejo por la República.
Aun así, según diversas
fuentes de ambas formaciones consultadas por Efe, resulta ya "imposible"
alcanzar un acuerdo antes del 1 de mayo, como ha planteado ERC como
ultimátum antes de explorar la vía de un Govern en solitario con el
apoyo externo de JxCat. Aunque no dará tiempo a culminar la
negociación antes del 1 de mayo -posiblemente tampoco antes de las
elecciones madrileñas del día 4-, las fuentes consultadas no descartan
que el principio de acuerdo llegue antes del congreso de JxCat del 7 al 8
de mayo.
Se trata de un congreso extraordinario convocado para poner en marcha el
consejo nacional del partido y formalizar la elección de Anna Erra como
presidenta de este órgano, así como del nombramiento del defensor de la
militancia, pero el cónclave se podría aprovechar para someter a
votación un hipotético principio de acuerdo con ERC. Si no fuese así, la semana clave sería la del 10 al 16 de mayo,
teniendo en cuenta que el día 26 expira el plazo límite para investir al
nuevo presidente de la Generalitat y evitar una repetición de las
elecciones en Cataluña.
El acuerdo con JxCat podría chirriar, en
algunos aspectos económicos y sociales del futuro plan de gobierno, con
el documento que ERC pactó con la CUP a finales de marzo, lo que en ese
caso podría complicar a última hora la investidura de Aragonès. ERC, preocupada por la lentitud de las negociaciones con JxCat hasta
ahora, ha abierto la puerta a dirigir en solitario el próximo Govern, un
escenario que la CUP no ve con malos ojos.
Algunas voces de
JxCat, como el propio Jordi Sànchez, la presidenta del Parlament, Laura
Borràs, o el exvicepresidente del Parlament Josep Costa, han verbalizado
públicamente la posibilidad de que su partido no alcance un acuerdo
para gobernar junto con ERC.Sin embargo, buena parte del partido
es firme partidaria de entrar en el nuevo Govern y pone en duda que ERC
realmente se plantee gobernar sola con únicamente 33 diputados de los
135 del Parlament.
Para que fructifiquen las negociaciones,
Aragonès está dispuesto a volver a implicarse directamente en las
reuniones, como pasó ayer, más allá de mantener contacto con Jordi
Sànchez. Mientras tanto, desde Tortosa (Tarragona), el líder de Ciudadanos en
el Parlament, Carlos Carrizosa, ha dicho que "de lo que seguro que no
hablaron en Lledoners es de las ayudas directas a los afectados por la
covid" y ha tachado de "irresponsables" a ERC y Junts por poner por
delante sus prioridades a las de la gente.
Por su parte, el
vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha trasladado este
miércoles a Laura Borràs, en una reunión en el Parlament, la necesidad
de una "estrategia unitaria para hacer frente a la represión" y culminar
"el proceso de autodeterminación".