EFE | El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha lamentado hoy
tener que sentarse en el banquillo por la investigación sobre el origen
de su fortuna, a pesar de que no se le acusa de ninguno de los delitos
que motivaron su detención en abril de 2015. El exministro, que se ha desplazado hasta los juzgados
madrileños de la plaza de Castilla para recoger el auto de apertura de
juicio oral, ha asegurado que los delitos fiscales que se le atribuyen
hacen referencia a trabajos profesionales efectuados a través de
sociedades, una práctica habitual en profesiones liberales, y que en
otros casos, como expresidentes del Gobierno o exministros del actual
Ejecutivo, nunca han sido llevados por la vía penal.
El
caso comenzó en la primavera de 2015, a instancias de la ONIF, Oficina
Antifraude dependiente de Hacienda, que alertó a la Fiscalía de Madrid
de irregularidades en el patrimonio del expresidente de Bankia y dio
lugar a un proceso que comenzó con la detención de Rato.