EFE | El
presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el expresident Carles
Puigdemont han advertido este viernes que los eventuales indultos a los
líderes independentistas en prisión no son "la solución al conflicto
político" catalán y han insistido en reivindicar amnistía y
autodeterminación.
Ha sido el primer encuentro entre ambos desde la toma de posesión del
nuevo Govern, después de un proceso negociador entre ERC y JxCat plagado
de tensiones, en el que los republicanos irritaron a Puigdemont al
advertir que no admitirían "tutelas" a Aragonès a través del Consejo por
la República, espacio parainstitucional que lidera el expresidente de
la Generalitat desde Bélgica.
En su encuentro en la residencia de Puigdemont en Waterloo (Bélgica),
convocado el mismo día en que se celebran en Barcelona unas jornadas
con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro
italiano, Mario Draghi, Aragonès ha dicho que "los indultos pueden
favorecer de forma significativa la situación de los nueve presos
políticos en Cataluña", pero no son la solución a un "conflicto de
fondo, con un calado mucho más profundo".
Tras la reunión, de cerca de dos horas y que Puigdemont ha definido
como "franca, positiva y personal", Aragonès ha afirmado que si llegan
los indultos y los líderes del procés condenados por el Tribunal Supremo
pueden salir de prisión se habrá dado "un paso" que será "bienvenido",
pero aún no se habrá alcanzado la "solución" al "conflicto político con
el Estado". Según Aragonès, esa "solución política global" pasaría, en primer
lugar, por una "amnistía" que pusiera fin a la "represión" y, en segundo
lugar, por el ejercicio del derecho a la autodeterminación.
El Govern, ha asegurado, "está decidido a implicarse para poder
resolver" este conflicto a través de la mesa de diálogo con el Ejecutivo
de Pedro Sánchez.
El análisis de Aragonès sobre los indultos es compartido por
Puigdemont, que ha dicho que, más allá de los familiares de los presos,
"pocas personas se podrán alegrar tanto" como él por verlos fuera de la
cárcel.
Pero ha puntualizado que es el Estado español quien "se ve abocado a
esos indultos", porque "sabe perfectamente que, si no toma la
iniciativa, otros la tomarán por ellos".
Y ha avisado que, aunque lleguen los indultos, "ninguna de las
carpetas catalanas quedará cerrada", porque "ni una sola demanda
política histórica de Cataluña quedará aún satisfecha".
El retorno de Puigdemont y los demás líderes del procés huidos "no
está sobre la mesa" aunque haya indultos, porque estos solo
beneficiarían a los nueve presos. Su retorno, ha remarcado, solo será "como personas libres".
De hecho, ha emplazado a Sánchez a aclarar si España, como Estado
miembro, "va a respetar o no la inmunidad de todos los eurodiputados del
Parlamento Europeo", incluida la de los tres europarlamentarios de
JxCat -Puigdemont, Antoni Comín y Clara Ponsatí-, o seguirá siendo "el
único Estado miembro" que "no la respeta".
Puigdemont ha lanzado, además, una advertencia relacionada con la mesa de diálogo que Aragonès quiere retomar con Pedro Sánchez.
Más allá del concepto de la mesa de diálogo, ha subrayado, "lo que habría que entrar es en el concepto de mesa de negociación".
"El diálogo no necesariamente es una negociación para resolver
conflictos políticos", ha dicho Puigdemont, que ha reaccionado asimismo a
la insistencia de la CUP por organizar un referéndum de
autodeterminación en esta legislatura.
"El referéndum lo hicimos el 1-O y lo ganamos. Solo un referéndum
acordado con el Estado puede sustituir el referéndum del 1-O. Si la CUP
quiere trabajar con ese escenario, perfecto, pero hemos de mantener
nuestra estrategia en el marco de una estrategia conjunta", ha recalcado
Puigdemont.
Aragonès, que acordó con Sánchez celebrar su primera reunión
institucional este mes de junio, no ha recibido aún "ninguna invitación
formal" para asistir al acto que celebrará el próximo lunes el
presidente del Gobierno en Barcelona.
En cuanto a la escolta de Mossos d'Esquadra que JxCat ha pedido para
Puigdemont, Aragonès ha reconocido que "todos los presidentes de la
Generalitat tienen el derecho a tener su seguridad garantizada", pero
"en estos momentos las medidas tomadas por el Estado impiden todos los
elementos de seguridad necesarios".
El encuentro en Waterloo ha servido para que Aragonès y Puigdemont
limaran asperezas, escenificando su "mutuo reconocimiento
institucional", tras las tensiones entre ERC y JxCat por la formación
del nuevo Govern.