EFE | Casi
2.100 personas han muerto o desaparecido en el primer semestre del año
en pateras o cayucos con rumbo a España, tantas como en todo 2020 (2.087
frente a 2.170), en un año que amenaza con convertirse en el "más
dramático" de la historia y en el que la crisis diplomática con
Marruecos "está matando" a gente en la Ruta Canaria, advierte Caminando
Fronteras.
"Hacemos un llamamiento al Estado español para que reaccione, para que
al final de 2021 no hablemos de un año catastrófico en la frontera", ha
señalado la portavoz de este colectivo, Helena Maleno, al presentar los
datos de las 79 tragedias en el mar que han podido documentar desde
enero en contacto con las autoridades de España y Marruecos, pero, sobre
todo, con las familias de las víctimas. De acuerdo con Caminando Fronteras, del 1 de enero al 30 de junio han
muerto o desaparecido en Atlántico 1.922 personas en 57 tragedias en la
Ruta Canaria (más que en todo 2020, cuando perecieron 1.851), a las que
se suman otras 165 que fallecieron en el Mediterráneo: 93 en la Ruta de
Alborán, 36 en el Estrecho de Gibraltar y otras 36 en pateras salidas
desde la costa de Argelia.
Maleno ha subrayado que estas cifras
no solo igualan en seis meses el balance de 2020 en la mayoría de las
rutas, en especial en Canarias, sino que no tienen precedentes para un
periodo de medio año desde que en su ONG comenzaron a recopilar datos,
en 2007. La activista se ha dirigido directamente al Gobierno de España para
que convoque de inmediato una reunión "al más alto nivel", con todos los
ministerios concernidos, y tome medidas urgentes, empezando por
reforzar los medios aéreos y marítimos de rescate asignados a Canarias,
la ruta más activa con diferencia de todas.
En los seis meses de
2021, salvo en marzo, se han superado las 300 víctimas (326 en enero,
324 en marzo, 132 en marzo, 422 en abril, 418 en mayo y 465 en junio) y
en al menos 96 casos se ha podido documentar que los muertos o
desaparecidos eran niños, el último de ellos, la pequeña Yamila, que
pereció en un helicóptero de rescate el 30 de junio después de soportar
dos semanas en el océano.
Caminando Fronteras viene detectado desde hace meses que los
inmigrantes que se aventuran al Atlántico en la Ruta Canaria lo hacen
cada vez en embarcaciones con peores condiciones -preocupan sobre todo
las lanchas neumáticas-, muchas veces sin que ninguno de ellos tenga
experiencia en el mar o sepa realmente navegar, y con un número de
mujeres y niños a bordo que va al alza. Pero también alerta de
que detrás de los datos de este primer semestre, o de parte de ellos,
perciben con claridad las consecuencias de la crisis diplomática abierta
entre España y Marruecos, que se deja notar sobre todo en las tragedias
ocurridas en el entorno del Sahara, aunque las dimensiones del episodio
que se vio en Ceuta las hayan relegado a un segundo plano.
Maleno
ha denunciado que en varias ocasiones la Marina Marroquí no ha acudido a
rescatar a neumáticas o pateras que pedían socorro cerca de las aguas
del Sahara y ha dejado a sus ocupantes hundirse; o sus patrulleras han
actuado de forma "negligente" y han hecho volcar a embarcaciones, con 17
muertos como resultado en un caso; o han dejado atrás a una mujer que
luego fueron recogida del agua por un barco español de Salvamento, a
cientos de kilómetros de Canarias.
Pero, además, han constatado que durante los episodios de Ceuta y en
los días siguientes, salieron numerosos grupos de inmigrantes desde el
entorno de El Aaiún, casi siempre en neumáticas en muy mal estado con
las que trataban de aprovechar la ocasión para partir hacia Canarias sin
ser detenidos por las autoridades de Marruecos. Y en esas semanas, ha
añadido, hubo más de 400 desaparecidos. La portavoz de Caminando
Fronteras ha subrayado que el Gobierno de España sabe que, desde
entonces, la coordinación en los rescates con Marruecos está fallando y
que Rabat es reacia a movilizar medios propios, lo que está poniendo en
riesgo "muchas vidas".
Y, a su juicio, España debería ha
respondido a esa situación reforzando la capacidad de Salvamento en
Canarias, empezando los aviones de rastreo, que cree insuficientes para
la extensión que tiene asignada en esa zona del Atlántico (un millón de
km2).
Maleno ha estado acompañada en esta rueda de prensa por el secretario
de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias, Teodoro
Bondyale, y uno de los portavoces del Secretariado de Migraciones de la
Diócesis de Canarias, José Antonio Benítez. Bondyale ha llamado
la atención sobre la cantidad de cayucos que son rescatados cerca de El
Hierro, síntoma de que los inmigrantes se arriesgan a salir mucho más al
sur: "Algunos de esos cayucos se pierden en el Atlántico, otros incluso
aparecen en el Caribe, con sus ocupantes casi momificados. Acaba de
pasar y no es nuevo. Ha ocurrido antes. Lo preocupante es que lo estemos
normalizando".
Por su parte, el sacerdote claretiano José
Antonio Benítez ha alertado de las dificultades que encuentran las
familias de las víctimas para encontrar información sobre los muertos o
desaparecidos o para darles sepultura en Canarias conforme a sus
creencias, en su mayoría musulmanas, por lo que ha demandado más
sensibilidad y medios de atención a las autoridades españolas.