MADRID | El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegará este miércoles al
ecuador de la legislatura pendiente de confirmar la aprobación de unos
nuevos presupuestos, con mensajes de optimismo sobre la recuperación
económica y convencido de que su alianza con Unidas Podemos resistirá
hasta 2023.
Dos años después de la cita con las urnas del 10 de noviembre de 2019 y
tras dejar atrás dos estados de alarma, España está recobrando la
normalidad que le arrebató la pandemia de coronavirus, y desde el
Ejecutivo se resalta que "quedan muchas cosas por hacer y se van a
hacer" en lo que queda de mandato.
La legislatura alumbró el primer Gobierno de coalición de la actual
etapa democrática, y a pesar de los roces entre los socios a cuenta de
la reforma laboral o de muchas otras cuestiones, el pacto ha sobrevivido
y, según afirman a Efe fuentes de Moncloa, Sánchez no tiene duda de que
seguirá en vigor hasta que convoque unos nuevos comicios.
Lo hará, afirma repetidamente, cuando toca, a finales de 2023 y
coincidiendo con la presidencia semestral española de la Unión Europea.
En el tiempo que resta hasta entonces, el Gobierno espera que los
ciudadanos constaten los beneficios de las medidas sociales que ha ido
aprobando, y que, tras la crisis provocada por la covid-19 y el ejemplo
que considera que ha sido España en el proceso de vacunación, perciban
nítidamente que se está logrando lo que se ha convertido ya en el lema
de la actual etapa de gestión, una "recuperación justa". Confían en que eso permita dar un giro a las encuestas que vaticinan un
escenario con el PP al alza, y que otras circunstancias como la polémica
pública de este partido en Madrid soplen también a favor de las
aspiraciones de Sánchez.
Podemos
Con Pablo Iglesias ya como parte del pasado del Gobierno de coalición,
no hay duda en el lado socialista de que la vicepresidenta Yolanda Díaz
va a seguir intentando capitalizar iniciativas "de relumbrón" y les va a
culpar de resistirse a ir más allá en algunas de ellas.
"Pero eso está asumido", aseguran las fuentes antes de recordar que
hasta ahora todos los roces se han ido puliendo y reconocer que conforme
se acerquen las elecciones "el camino puede ser más tortuoso, pero se
recorrerá hasta el final".
Sánchez afronta la segunda mitad de mandato tras una drástica renovación
de su Gabinete en la que apeó a pesos pesados como Carmen Calvo y José
Luis Ábalos, y a colaboradores tan cercanos como Iván Redondo.
Su sustitución por Óscar López fue uno de los movimientos que contribuyó
a cerrar heridas y lograr la unidad socialista, un objetivo que marcó
el 40 Congreso Federal del partido.
La apreciación generalizada en el Gobierno es que parece que han pasado
más de dos años, que la pandemia ha provocado esa percepción temporal y
que, aunque ha robado meses de gestión, ha dado pie a medidas que han
evidenciado las señas de identidad del Ejecutivo.
Los ERTE, las decisiones en apoyo de los más vulnerables ante la crisis,
la puesta en marcha del ingreso mínimo vital, la subida del salario
mínimo... consideran que son ejemplo de esas medidas que van a ayudar a
una recuperación protagonizada también por los fondos europeos y que
trae de la mano una notable reducción del desempleo.
Cataluña
Papel destacado afirman que tendrán igualmente los nuevos presupuestos,
que, en medio de las dudas sobre el cumplimiento de las previsiones
económicas, están en tramitación parlamentaria y para los que esperan de
nuevo el apoyo de formaciones como el PNV y ERC.
La interlocución con Esquerra se vio allanada por una de las decisiones
más arriesgadas de Sánchez en esta mitad de legislatura: el indulto a
los líderes independentistas del procés.
El Govern, con Pere Aragonès a la cabeza, sigue manteniendo su discurso
en favor del referéndum, la amnistía y la independencia, pero al mismo
tiempo participa en una mesa de diálogo en la que Moncloa tiene puestas
muchas esperanzas aunque a muy largo plazo.
Menos tiempo confía que pase para que el Partido Popular desbloquee la
renovación del Consejo General del Poder Judicial después de haber
conseguido un acuerdo para hacerla posible en otros cuatro órganos
constitucionales.
Es una de las tareas pendientes para un periodo que se abre con los
precios de la energía disparados, una alta inflación, un nuevo roce
entre los socios de coalición por la ley sanitaria, el debate abierto
sobre la sostenibilidad de las pensiones y las imágenes del volcán de La
Palma aún activo.
Hasta esa isla se ha desplazado en seis ocasiones Pedro Sánchez, que
traspasa el ecuador de la legislatura cargando su agenda con
convocatorias de carácter institucional, citas internacionales y actos
de partido por toda España coincidiendo con los congresos territoriales
del PSOE. Una agitada actividad que en Moncloa afirman que será su constante hasta
las nuevas elecciones generales. E insisten: la legislatura se va a
agotar. EFE