VALENCIA | Una
vida sana con dieta y ejercicio no es suficiente para prevenir
enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y el colesterol, muy
determinadas genéticamente, de ahí que los expertos apuesten por el
tratamiento precoz porque es “mejor tomar dos pastillas al día a los 40
años que 25 a los 60 años”.
Así se ha manifestado en un encuentro informativo organizado por la
Agencia EFE y Quirónsalud para analizar los últimos avances en salud
cardiovascular, en el que la jefa del servicio de Cardiología de
Quirónsalud València, Catheline Lauwers, ha destacado que, además de los
hábitos de vida saludables, “es importantísimo el tratamiento precoz”. “Existe la idea de que si uno no toma
fármacos es que está sano, pero no es así”, ha afirmado Lauwers, que ha
añadido que cuando las personas retrasan la consulta al especialista por
un problema cardiovascular “pueden tener corazones gruesos por la
tensión, rígidos, con arritmias, o con vasos coronarios llenos de placas
de grasa”.
El tiempo de exposición al colesterol es lo
que genera problemas cardiológicos, porque “no es lo mismo si solo has
tenido colesterol alto en el último año que si lo tienes desde hace 25
años y no te has tratado porque estabas delgado y hacías ejercicio” y
creías que eso era suficiente. Ese tratamiento precoz "puede evitar una serie de medicamentos y procedimientos en el futuro", ha indicado.
La doctora ha resaltado el peso de la carga genética en este tipo de patologías y
ha detallado que “si tus padres son hipertensos, tú lo vas a ser, y si
tienen colesterol, lo vas a tener”, aunque “la ventaja que tenemos
frente a las generaciones anteriores es precisamente la posibilidad del
diagnóstico y el tratamiento precoz”.
En esta línea, el presidente de la Sociedad
Española de Cardiología, Julián Pérez-Villacastín, ha coincidido en la
importancia del tratamiento precoz y ha indicado que "no se trata solo
de morirse antes o después, sino conservar la calidad de vida”.
"Hay gente que asegura que les da igual morir
seis meses antes o después, pero hay que decirles que no se trata de
eso, sino de pasar los años que te queden bien o fatal”, ha dicho
Pérez-Villacastín.
“No se puede extender el tratamiento precoz
sin la necesaria cultura de confianza en la ciencia, que es la que lleva
a las personas a acudir al médico antes de que la enfermedad se
complique demasiado”, ha afirmado, y ha lamentado que “estamos invirtiendo mucho en tratamientos pero realmente tendríamos que reforzar la prevención”.
Para el jefe de la unidad de Cardiología de
Quirónsalud Alicante, Luis González, “todo suma” y ha resaltado además
un factor desencadenante de enfermedades cardiovasculares como el estrés, que “sube la tensión, favorece la arritmia, puede facilitar que se te rompa una placa y provocar un infarto”.
Ha apostado por “controlarlo con
concienciación”, para lo que ha llamado a las personas que tengan una
gran carga laboral a que, por lo menos, se hagan chequeos para mantener
controlados otros factores de riesgo como la hipertensión.
Por su parte, Catheline Lauwers y el jefe de
Cardiología de Quirónsalud Torrevieja, Rafael Florenciano, han
coincidido en que el estrés es un factor “difícilmente modificable” y
han apuntado a “controlar muy bien los demás factores físicos cuando se
lleva una vida estresante”. “Nosotros podemos actuar sobre factores de
riesgo modificables, como la diabetes, el colesterol o la hipertensión,
pero no sobre la edad, la genética, y difícilmente sobre los niveles de
estrés”, ha afirmado Florenciano, quién ha resaltado además que existe la creencia de que el ejercicio y una vida sana nos hacen inmunes a la enfermedad cardiovascular, "pero no es verdad".
El jefe de Cardiología en Quirónsalud
Torrevieja se ha referido también al rechazo que suscita tener que tomar
pastillas para controlar la tensión, por ejemplo, pero sin embargo esa
misma persona que es reacia a esa medicación a lo mejor "toma pastillas
para que no se le caiga el pelo" o toma remedios naturales igualmente en
forma de pastilla.
Florenciano ha aludido también a la hipertensión como un asesino silencioso
que hace su trabajo "lentamente" y, aunque mucha gente se controla le
tensión, "otra cosa es que detectar esa tensión alta implique el
necesario cambio en los hábitos dietéticos, ejercicio o la necesidad de
tomar medicación".
Los pacientes deben entender que tener la
tensión alta no es una mera alteración de un parámetro, sino que "puede
afectar a cualquier parte del cuerpo, desde el hígado al corazón o el
cerebro". EFE