MADRID | El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José
Omella, ha comparado hoy el "drama" de los abusos a menores con
una "nueva forma de esclavitud" que afecta a toda la sociedad y "que no
se quiere abordar", y ha comprometido la labor de la Iglesia para
destaparla.
Lo ha dicho durante el discurso inaugural de la CXIX Asamblea Plenaria
de la CEE, en el que ha vuelto a pedir perdón por los abusos cometidos
por algunos religiosos y ha destacado que la Iglesia tiene la
oportunidad de trabajar para que dichos abusos no se repitan y para
"destapar" esta "nueva forma de esclavitud mundial".
Ha insistido en que el drama de los abusos requiere un análisis
completo y un diagnóstico "libre de demagogias y sectarismos
ideológicos" y, en este punto, se ha referido a distintos informes que
indican que los abusos sexuales a menores cometidos por religiosos
suponen el 0,2 % del total.
"Es
una nueva esclavitud que afecta a toda la sociedad, de la que estamos
tomando conciencia y en la que lamentablemente algunos miembros de la
Iglesia también han participado", ha señalado Omella.Ha comparado
los abusos a menores con el drama de la esclavitud y ha recordado que
también con esa lacra la sociedad tardó muchísimos años en tomar
conciencia de una práctica terrible, denigrante y que tanto sufrimiento
ocasionó.
Un drama -ha lamentado- que continúa vigente con multitud de formas
diversas de trata de personas, particularmente con el comercio sexual de
muchas mujeres y niños. Omella ha puesto en valor la
investigación encargada al despacho de abogados Cemades & Calvo
Sotelo, que se extenderá por el periodo de un año y que añade
"transparencia, rigor técnico y consistencia jurídica" a la hora de
abordar un drama que para la Iglesia es "lacerante".
"Las víctimas son nuestra prioridad absoluta", ha enfatizado el cardenal
arzobispo de Barcelona, que ha reconocido los delitos y "pecados
gravísimos" cometidos por "algunos de los miembros de esta gran
familia", que son "una muy pequeña minoría" y que ocultan las virtudes
de "muchas personas maravillosas".
Confía Omella en que la auditoría encargada por la CEE y sus
conclusiones puedan servir como instrumento de colaboración con las
autoridades civiles para esclarecer la verdadera dimensión de los hechos
y establecer una prevención más eficaz en todos los campos.No
opinan lo mismo varias asociaciones de cristianos de base que esta
mañana se han acercado a la sede de la CEE para exigir a los obispos
"transparencia" y "colaboración" entre las comisiones creadas por el
Defensor del Pueblo y la cúpula de la Iglesia para esclarecer los abusos
sexuales a menores.
Coincidiendo con la celebración de la
Asamblea Plenaria, las organizaciones cristianas Alandar, Movimiento
Celibato Opcional (Moceop), Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana,
Redes Cristianas y Revuelta de Mujeres en la Iglesia han registrado una
carta en la que reclaman "reparación, justicia y verdad para las
víctimas de los abusos sexuales".
La carta, titulada "Pasar de las tinieblas a la luz" y firmada por
comunidades y colectivos y más de 1.200 personas, exige acciones ante
las denuncias por los casos de pederastia, como una "Comisión de la
verdad", ya que consideran que la auditoría externa al despacho de
abogados Cremades & Calvo Sotelo es "insuficiente".
En su
discurso, Omella ha dedicado un apartado a la situación política en
España y ha alertado del "hartazgo social" y la falta de confianza de
los españoles en las instituciones. "Es evidente que la bronca entre los
políticos hace mucho daño", ha dicho. Ha advertido sobre el
cansancio social ante la falta de acuerdos entre los grandes partidos y
ante la incapacidad de colaboración para promover el bien común de los
ciudadanos y ha alertado de que la "desconexión" entre la clase política
y la gente está aumentando.También ha alertado del peligro en el
que se encuentran determinadas libertades y ha criticado al Gobierno
por la ley del aborto.
"En lugar de potenciarlo, debería proteger con
ayudas económicas y sociales a quien decida dar a luz una nueva vida",
ha indicado. Ha criticado, asimismo, los intentos de impedir la influencia de la
religión en la vida social y ha censurado que se quiera limitar el
derecho a la objeción de conciencia, desterrar de la vida pública
fiestas y símbolos religiosos, especialmente el crucifijo, así como "la
tentación de crear un monopolio estatal educativo bajo apariencia de
neutralidad".
Omella ha denunciado la invasión rusa de Ucrania y
ha elogiado la "ejemplar" acogida que se está dando a los refugiados,
también por parte de la Iglesia. Ha advertido de que va a ser necesario
un esfuerzo sostenido en el tiempo y ha reclamado una acción más
coordinada entre todos los actores públicos y privados. EFE