SANTIAGO DE COMPOSTELA | La población gallega muestra una
predisposición favorable a la fusión voluntaria de los ayuntamientos,
tal y como se desprende de las conclusiones provisionales extraídas de
las encuestas del estudio de reforma del mapa municipal y que esta
mañana fueron analizadas en el marco de una reunión presidida por la
directora general de Administración Local, Natalia Prieto, a la que
asistieron también miembros de la Fundación Juana de Vega y de los
equipos de las tres universidades gallegas que participan en el trabajo.
Las primeras conclusiones de la encuesta
realizada el pasado mes de febrero a la población gallega para conocer
su opinión sobre los procesos de fusión de los ayuntamientos muestran
que la ciudadanía tiene una predisposición favorable a la fusión
voluntaria de los ayuntamientos (83%), y considera que la reducción del
número de estos mejoraría su capacidad de prestación de servicios. A
pesar de que los porcentajes disminuyen cuando la pregunta se hace
sobre el propio ayuntamiento, también en este caso más de la mitad de
la población (un 56%) estaría a favor de la fusión. Por el contrario,
tan sólo un 37% de la población sería partidaria de realizar fusiones
obligatorias.
Además, el 67% de los
encuestados piensa que la reducción del número de ayuntamientos
mejoraría su capacidad de prestación de servicios a la ciudadanía, en
tanto que el 16,7% considera que esto no afecta para nada a su capacidad
de prestar servicios. La creencia en los beneficios de reducir
ayuntamientos es más alta en las personas con estudios universitarios,
mayores de 45 años y de clases medio altas, mientras que la población
sin estudios, del ámbito rural y con bajos ingresos tiene una menor
creencia en que la reducción de los ayuntamientos contribuya a mejorar
la calidad y cantidad de los servicios prestados por éstos. Por otra
parte, son los habitantes de los ayuntamientos de entre 5.000 y 10.000
habitantes los que más predisposición manifiestan por las fusiones.
Respecto del interés por la situación de los ayuntamientos, los
resultados de la encuesta muestran que la ciudadanía tiene un interés
medio-alto por las cuestión referidas a los ayuntamientos y quieren que
estos presten más servicios. La administración local es la que se
percibe como más próxima y la mejor valorada por parte de la ciudadanía.
Así, casi uno de cada tres ciudadanos le otorga a la administración
local una valoración de sobresaliente. En relación a la identificación
con las entidades territoriales, la población se identifica primeramente
con Galicia, seguida de la aldea o villa de residencia y el barrio,
apareciendo España en cuarto lugar, la provincia en sexto lugar y Europa
en el octavo y último puesto.
En lo que alcanza a
la pregunta de cales son las alternativas para mejorar la calidad de los
servicios, la remodelación del mapa municipal aparece en tercer lugar,
por detrás de la alternativa a incrementar las transferencias de fondos
de otras administraciones y la de mejorar la gestión de los
ayuntamientos. En último lugar, y con puntuación de suspenso, se sitúa
la alternativa de incrementar las recaudaciones.
El
objetivo general de la encuesta era el de conocer la opinión de la
ciudadanía sobre las fusiones municipales y otras alternativas de
adaptación de la planta local y se centró en cuatro objetivos
específicos: conocer cuál es la diagnosis que hace la ciudadanía de la
situación de los ayuntamientos y la que se dedican, detectar el
sentimiento identitario con respecto a las entidades territoriales,
conocer la valoración que hace con respecto a una serie de alternativas
para la remodelación del mapa municipal, y por último, pulsar la
sensación de la población respecto de las implicaciones que piensa que
tendría cambiar el mapa municipal.
Las conclusión
de la encuesta realizada a un millar de gallegos se van a sumar a los
resultados de las entrevistas que se están realizando a una treintena de
expertos y formará parte del estudio de reforma del mapa municipal
gallego y el impulso de nuevos procesos de fusión municipal, a lo que la
Xunta destina 72.600 euros y que se está desarrollando en colaboración
con la Fundación Juana de Vega y las tres universidades gallegas.