A CORUÑA | La Atención Primaria en Galicia se postula como la columna vertebral de todo el sistema sanitario, en torno a la cual pivotan el resto de servicios, y no solo la puerta de entrada al sistema sanitario. Pero para poder llevar a cabo este cambio de paradigma, es necesario que los equipos de Atención Primaria estén correctamente dotados de personal y mejor preparados. En el caso de la enfermería, estaríamos hablando de las especialistas en familiar y comunitaria.
Recientemente, el Consejo General de Enfermería ha publicado un informe que sitúa a la enfermería de la comunidad gallega como la segunda con peor ratio enfermera/paciente de España, solo por debajo de Murcia y siendo Pontevedra la provincia con peor ratio de toda España. Para paliar esta situación de déficit de enfermeras, el SERGAS ha pedido a las facultades de enfermería que aumenten el número de alumnos, así como, un aumento de las plazas de enfermera residente en la formación sanitaria especializada. Sin duda, incrementar el número de enfermeras es necesario, pero también lo es aumentar la eficiencia del sistema de contratación y ubicar a cada profesional en el puesto en el que pueda desarrollar al máximo sus competencias.
Según un informe realizado por AGEFEC sobre la situación de las enfermeras especialistas en familiar y comunitaria, se aprecia que más del 20% de los inscritos en la bolsa de contratación temporal de Galicia se han ido a trabajar fuera de la comunidad. El SERGAS no tiene atractivo laboral en comparación con otros servicios de salud españoles, como es el caso de Baleares, que acaba de hacer un llamamiento público para la contratación inmediata de enfermeras con dicha titulación en Atención Primaria, o Asturias, que ofrece contratos de larga duración a estas enfermeras nada más terminar su formación. En Galicia, sin embargo, estas especialistas se ven obligadas a aceptar contratos en otros ámbitos bajo riesgo de ser penalizadas (el 16% de la bolsa de contratación está trabajando en otros ámbitos distintos a los de su especialidad) desperdiciándose así todo el tiempo y dinero empleado en su formación (la formación de cada enfermera especialista en enfermería familiar y comunitaria le cuesta a las arcas públicas 60.000€ por residente).
Este septiembre salieron al mercado laboral 34 nuevas enfermeras especialistas en enfermería familiar y comunitaria, que sumadas a aquellas que obtuvieron el título a través de la vía excepcional, hacen un total aproximado de 100 nuevas enfermeras de familia que ven aplastadas las opciones de desarrollar su profesión debido a esta falta de fidelización y de planificación de los recursos humanos. Son demasiadas enfermeras para estar abocadas a un futuro laboral incierto, precario y fuera de su ámbito competencial.
Galicia se queda atrás, mientras que en 2016 fueron pioneros con la creación de la categoría enfermera especialista en enfermería familiar y comunitaria en España y en 2017 con la publicación de la primera oferta pública de empleo para esta especialidad, ahora se estanca haciendo caso omiso al Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023 del SNS, que expone claramente la necesidad de fomentar, priorizar, consolidar y fidelizar a los y las enfermeras que estén en posesión del título de enfermera especialista en enfermería familiar y comunitaria.
La implantación de la especialidad está siendo lenta y desigual en las distintas Áreas Sanitarias y estas son cada vez más conscientes de la necesidad de dotar de enfermeras especialistas sus servicios de Atención Primaria, sin embargo, están viendo que sus solicitudes de nuevas plazas no están siendo aprobadas por la Consellería de Sanidade. Esta es una situación que no se puede demorar más en el tiempo, es incomprensible que existiendo una necesidad tan clara con personal disponible no se tomen las medidas necesarias al respecto. El SERGAS no puede permitirse el lujo de dejar escapar a sus mejores profesionales cuando más los necesita y la población requiere de profesionales que les proporcionen cuidados de calidad.