ÁNGEL VARELA | Los personajes que aparecen en Las tribulaciones de Bruno Lamas, la última novela del escritor Juan Galán, tienen almas del nueve largo y transitan, con frecuencia, por los caladeros de la derrota. Despojados de futuro, son náufragos de sus propias conductas y, abocados a sobrevivir entre la herrumbre del tardofranquismo, se diría que tan solo aspiran a un desenlace sin escombros. El autor se sirve de las peripecias de un confidente de la temida brigada político social (BPS) para recrear un tiempo sin brillo, una época en la que lo viejo no acababa de morir y lo nuevo no acababa de nacer.
.- Pregunta: ¿Cómo surge la idea de esta novela?
.- Respuesta: Yo investigo temas de memoria histórica y la lectura de un libro sobre la policía política de Franco (BPS), junto con la lectura de Bukowski, me proporcionaron las claves para desarrollar la trama. Me interesaba especialmente recrear esa época y presentar a unos personajes que, a pesar de sus miserias y de su dudosa moralidad, despiertan cierta ternura precisamente por su condición fieramente humana.
.- P: ¿Qué puedes decirme de Bruno Lamas, el protagonista principal de la historia?
.- R: Mi propósito inicial era que el protagonista de la novela fuese un héroe tradicional, pero después decidí elaborar un personaje más poliédrico y complejo, dotado de mayor profundidad psicológica. Al protagonista de mi relato le ocurre lo mismo que a otros personajes que transitan por la historia y que es una cuestión, de gran calado filosófico, que a mí también me interesa mucho: la pugna que se establece entre el libre albedrío y el determinismo, es decir, hasta qué punto las circunstancias o el carácter condicionan la vida de los individuos.
.-P: Por la forma de retratar a los personajes y por el lenguaje que empleas se percibe tu afición a la novela negra.
.- R: Aunque ahora mismo estoy centrado en la lectura de Bukowski sí es cierto que yo siempre he sido un gran lector de novela negra. Mis preferencias literarias son amplias y diversas, pero si tuviese que citar a algún autor del género mencionaría a Petros Markaris o a Andrea Camilleri. De este último me encanta esa socarronería mediterránea que utiliza en sus novelas.
.- P: ¿Esta novela que ahora publicas y que es la tercera en tu trayectoria literaria se parece en algo a las anteriores?
.-R: Mi tercera novela no se parece en nada a las anteriores porque me gusta innovar en cada uno de mis proyectos. Por ejemplo, la primera, que se titulaba Romanza de los naranjos en flor, versaba sobre los campos de concentración franquistas en Galicia y, más concretamente, en la zona del Baixo Miño. Se trataba básicamente de una novela de acción. El eco de tu voz, que fue la segunda, no tenía nada que ver con la primera y fue una historia de amor entre dos mujeres, un relato feminista en la que las protagonistas eran la escritora Virginia Woolfe y la anarquista Fabiana Ponte. Tengo que decir, además, que para trazar el personaje de esta última me inspiré en mi abuela.
.- P: ¿El hecho de situar cronológicamente la novela entre octubre y diciembre de 1970 obedece a algo en concreto?
.- R: En el año 1971 se cumplía el cincuenta aniversario del hundimiento del Santa Isabel –que es otro de los acontecimientos que se refleja en la novela- y por eso yo situé la investigación en torno a ese suceso en los meses inmediatamente anteriores a dicho aniversario.
.- P: ¿Cuáles son tus autores preferidos?
.- R: Entre los autores que me gustan mucho están, por ejemplo, Ignacio Martínez de Pisón, Almudena Grandes, Domingo Villar, Pedro Feijóo y, como ya he dicho anteriormente, el italiano Andrea Camilleri. También me gusta mucho Carmen Laforet. Su novela Nada me parece un referente imprescindible de la literatura española contemporánea.
.- P: ¿Cuál es tu próximo proyecto? ¿Estás trabajando ya en algo nuevo?
.- R: Me he embarcado ya en una nueva aventura literaria, en la preparación de otra novela, pero de momento aún no puedo concretar mucho más.