PSdeG y BNG rompen las negociaciones para formar gobierno de coalición en Lugo

No descartan retomar los contactos en unos meses

Socialistas y nacionalistas no han conseguido llegar a un acuerdo para formar un gobierno de coalición en Lugo. La negociación queda aparcada después de que el PSdeG no aceptase la última oferta del BNG, en la que renunciaba a una tenencia única de alcaldía a cambio de delegación plena de competencias en las áreas de medio ambiente, turismo y comercio y zona rural y casco histórico. Los socialistas aseguran que estas áreas son "irrenunciables" para el BNG y ellos no las pueden admitir porque serían una "traición y un error grave" para los ciudadanos. En la última reunión, el PSdeG realizó una nueva oferta de reparto de competencias basada en la del pasado sábado. Los nacionalistas no la aceptaron y, su representante, Xesús Méndez, responsabilizó directamente al alcalde, Xosé López Orozco, del fracaso de la negociación, pese a que esta misma mañana el regidor socialista confiaba en que se llegase a un acuerdo por la "generosidad" de su partido. Méndez explicó que el PSdeG mantuvo la oferta del sábado, que el BNG ya había rechazado porque "no cumplía los requisitos, ni la representación" que les correspondía. Aunque hubo avances en el transcurso de las conversaciones que hicieron creer en la posibilidad de un pacto, las profundas diferencias que separaban a ambas formaciones con respecto al reparto de competencias y de áreas de gestión hicieron imposible la consecución de un acuerdo. Después de que el BNG renunciase a la creación de una tenencia única de alcaldía y de que el PSdeG-PSOE aceptase este mismo jueves la delegación plena de competencias en las áreas gestionadas por los nacionalistas, parecía, al menos a priori, que el camino quedaba libre para alcanzar un pacto que permitiese reeditar el bipartito. Sin embargo, todo fue un espejismo. La diferencia de criterio con respecto a las áreas de gestión, donde ambas formaciones echaron mano de la calculadora para realizar el reparto de competencias según el presupuesto municipal, puso en evidencia que los intereses de unos y de otros eran prácticamente irreconciliables. Así, Lago Lage afirmó que la oferta realizada por los socialistas era "generosa e inapelable", dado que permitiría al BNG ejercer las competencias de un número de áreas de Gobierno equivalentes al 29 por ciento del presupuesto municipal, un porcentaje superior a la representación que tendría el BNG en un hipotético gobierno de coalición. En su última propuesta, los socialistas dividieron la gestión municipal en cinco grandes áreas. Al BNG le cederían las parcelas de Cultura, Turismo, Comercio, Medio Ambiente (gestión y tratamiento de residuos, planta de compostaje, desarrollo de la Agenda 21 y Parques y Jardines), Servizos Xerais, políticas de Vivenda, gestión del casco histórico y desarrollo del Pepri. Sin embargo, el BNG afirmó que esa oferta no llegaba ni al 11 por ciento del presupuesto municipal, muy por debajo del 25 por ciento de representación que tendría el partido en el Gobierno municipal. El coordinador comarcal del Bloque, Xesús Méndez, insistió en que su formación pedía "una gestión integral de concejalías", para desarrollar con "autonomía su política" y crear un gobierno de coalición en el que "se visualizasen ambas formaciones". En su opinión, la propuesta de los socialistas se limitaba a áreas "partidas", mientras que el BNG apostaba por dirigir tres concejalías completas ?Medio Ambiente; Cultura, Turismo y Comercio; y Zona Rural, Casco Histórico e Vivenda- de las doce en las que se dividiría el conjunto de la gestión municipal. En su opinión, esta demanda equivaldría a un 24,13 por ciento del gasto del Ayuntamiento de Lugo, aunque el PSdeG-PSOE calculó que esa competencias sumarían más de un 39 por ciento. Por su parte, Lago Lage reconoció tener la sospecha de que "en el BNG la decisión de no formar parte del gobierno municipal ya estaba tomada desde hace tiempo". En ese sentido, reconoció que el PSdeG-PSOE hizo en algunos casos "esfuerzos sobrehumanos" para llegar a un pacto, "pero en cada reunión los nacionalistas buscaron diferencias, que una vez que surgían, eran consideradas por ellos como irreconciliables". Derecho a veto Lago Lage informó de que el Partido Socialista incluso decidió incluir en el texto de su propuesta una "cláusula de garantía", de forma que todas las decisiones del gobierno bipartito que no figurasen en el acuerdo inicial tendría que ser aprobadas "por unanimidad de las dos fuerzas políticas". En la práctica, reconoció el dirigente socialista, "concedimos al BNG un derecho a veto sobre las decisiones municipales". Además, recordó, se planteó la posibilidad de que los nacionalistas tuviesen 3 representantes en la Xunta de Goberno Local, por cinco del Partido Socialista, un porcentaje sensiblemente superior a su representación en la corporación. En esa línea, López Orozco, que no participó personalmente en las reuniones, también manifestó que "ser más generosos es totalmente imposible, porque lo contrario sería algo que los lucenses no quieren, porque decidieron que yo fuese alcalde, con una mayoría simple de doce concejales socialistas". En cualquier caso, ambos formaciones dejaron la puerta abierta para retomar la negociación dentro de unos meses, "cuando las posturas se suavicen", según Lago Lage.