ROMA | El triunfo de Giorgia Meloni, la nueva reina de la ultraderecha europea, abre una etapa sin precedentes en la historia política italiana en las últimas décadas y ya se ha cobrado su primera víctima, el líder progresista Enrico Letta, que abandonará la dirección del Partido Demócrata (PD) en el próximo congreso de la formación. La abrumadora victoria de Meloni -la primera mujer que dirigirá un gobierno en Italia- dará lugar a un ejecutivo de derechas «como nunca antes» ha tenido el país, en palabras de Letta.La alianza formada por Hermanos de Italia (FdI), la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia (FI) de Berlusconi, tendrá mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y el Senado, quedándose no muy lejos de la mayoría de tres cuartos que le habría permitido cambiar la Constitución sin consenso político ni la ratificación de los ciudadanos. En esa alianza, el liderazgo de Meloni, de 45 años, es indiscutible: su partido ha sido el más votado en las elecciones del pasado domingo (26%); muy por delante de sus compañeros Salvini (8,8%) y Berlusconi (8,2%), dos pesos pesados en diversas época de la política italiana que tendrán que conformarse con ser meros comparsas de quien representado la mejor opción de cambio en estos comicios. «Ahora trabajaremos juntos», ha dicho un Salvini que, acostumbrado a ser una estrella mediática, no ha podido reprimir lanzarle un dardo a su aliada, al considerar que los italianos han premiado «la oposición» de Hermanos de Italia, la única formación que no se integró en el Gobierno de unidad nacional de Mario Draghi. El líder de la Liga y Berlusconi, que fueron esenciales para la caída de Draghi, tendrán que convivir juntos una larga legislatura y muchos se preguntan hoy si eso será posible, dados los egos y las distancias que les separan. La Unión Europea (UE) espera con inquietud la llegada a Italia, uno de sus países fundadores, de un gobierno encabezado por una líder ultraderechista. Según analistas consultados por Efe, puede generar cierta turbulencia entre Roma y Bruselas en materia migratoria, pero ven poco probable que las políticas exteriores, incluso hacia Rusia, cambien mucho. Todos los ojos están puestos en el papel que jugará el Partido Popular Europeo (PPE), que alberga en su seno a Forza Italia, en la previsible próxima coalición de gobierno con Hermanos de Italia y Liga. «Confiamos en que Forza Italia guiará al próximo gobierno por un camino que sirva a los mejores intereses del pueblo italiano como parte de una Europa fuerte y estable», tuiteó este lunes el PPE. Dentro de las familias políticas europeas, Forza Italia -liderado por Silvio Berlusconi- está dentro del PPE; la Liga de Matteo Salvini está inscrita en el grupo ultraderechista Identidad y Democracia (ID) -donde está también el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen- y Hermanos de Italia está con los Conservadores y Reformistas (ECR), al que también pertenece el partido de extrema derecha español VOX. Los partidos a la izquierda de la futura coalición de gobierno italiana (socialdemócratas, liberales, verdes e izquierda) han alertado ya de que el gobierno de Meloni puede suponer una «una amenaza a la democracia» .Para la líder del grupo de los Socialdemócratas (S&D), Iratxe García, el de ayer fue «un día oscuro» para Italia y para Europa por el triunfo del «posfascismo» . Desde el grupo de la Izquierda, la líder Manon Aubry, ha lamentado que el «veneno reaccionario, xenófobo y autoritario crece en toda Europa», mientras que desde los Verdes, Ska Keller ha advertido de que un gobierno de extrema derecha es una «amenaza» para todos. Varios analistas consultados por EFE matizan, sin embargo, la transcendencia que para la UE va a tener el cambio en Italia. Según Ignacio Molina, experto del Real Instituto Elcano, el triunfo de Meloni no va a tener una gran repercusión entre los 27. Ella misma lleva los cinco últimos años suavizando sus posturas y es atlantista, frente a Salvini o Berlusconi que «juguetean» con el presidente ruso, Vladímir Putin. Tampoco espera disonancias Luigi Scazzieri, del Centro para la Reforma Europea. Este experto considera que aunque los aliados de Meloni «admiran a Putin», «el coste de vetar las sanciones sería enorme en términos de credibilidad, tanto con los socios europeos como con Estados Unidos». Molina ve el triunfo electoral de Meloni menos disruptivo de lo que hace seis años fueron para la UE y el mundo los éxitos del Brexit y Donald Trump. «Creo que el Gobierno puede ser más moderado ante Europa de lo que mucha gente cree», añade, por su parte, Scazzieri, quien aduce como razón principal que Italia está económicamente «débil» y «no puede permitirse esta confrontación». EFE